La radiestesia, una práctica centenaria que consiste en la búsqueda de energías y objetos a través de instrumentos como varillas y péndulos, ha encontrado aplicaciones naturales sorprendentes en la actualidad. Aunque a menudo rodeada de escepticismo, la radiestesia se ha utilizado en diversos campos, demostrando su versatilidad y potencial en la comprensión y el aprovechamiento de las energías naturales.
Una de las aplicaciones más conocidas de la radiestesia es la búsqueda de aguas subterráneas. Agricultores y geólogos, en ocasiones, recurren a esta práctica para localizar fuentes de agua ocultas bajo la superficie terrestre, una técnica especialmente útil en áreas donde el agua es escasa. Mediante el uso de varillas o péndulos, los radiestesistas afirman poder detectar la presencia de agua, su profundidad y, en algunos casos, la cantidad disponible. Esta capacidad para «sentir» el agua subterránea ha sido invaluable para la creación de pozos y el desarrollo agrícola en regiones áridas.